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Construir por los principios

presentación
En esta segunda monografía seguimos ampliando el concepto de envolvente con las posibilidades que ofrecen los materiales pétreos para realizar fachadas con montaje en seco, tema de reciente desarrollo pero que ya cuenta con un mercado muy extenso de productos y posibilidades que vienen a sustituir a unos métodos de construcción milenarios.
Una auténtica revolución que sin embargo conviene situar en su lugar, pues la arquitectura es una creación compleja que depende de muchos factores difícilmente disociables, en tanto que la tecnología es tan solo una herramienta dentro de ese proyecto creativo. Fundamental, porque facilita la buena construcción –la firmitas vitrubiana–, pero sin que se deba nunca olvidar ese carácter instrumental que tienen las técnicas al formar el soporte de la arquitectura sin ser la arquitectura misma, disciplina cuya esencia reside en valores más universales, intemporales e intangibles que los propios de unos componentes tecnológicos, necesarios, sí, pero también sustituibles y a veces aceleradamente obsolescentes.
Desde una publicación de tecnología arquitectónica hacer estas precisiones es poner las cosas en su sitio, recordando, por ejemplo, cómo el vidrio de control climático ha dado lugar a prodigiosas arquitecturas y a incontables productos sin interés, del mismo modo que con humildes adobes de arcilla se han podido crear espacios inolvidables. Pero esta evidente prevalencia de la idea arquitectónica sobre la herramienta técnica tiene también sus riesgos; y no hay más que recordar cómo la intuición del espacio moderno ha ido muchas veces por delante de la tecnología de su momento, llenando la historia de este siglo con célebres goteras, derrumbes y ruinas prematuras de obras que se anticiparon en su fiebre creadora a las técnicas que años después habrían resuelto limpiamente todos sus problemas.
Por eso es importante construir por “los principios” y conocer todas las posibilidades de la tecnología para poder elegir en cada caso el camino más adecuado, para proyectar sin la posibilidad de fracasar en la concreción real de una idea.