El espacio exterior determina el proyecto de esta vivienda ocupada por sus arquitectos en un lugar colmatado de árboles. Tomando la forma de los claros que la naturaleza ha dejado a lo largo del tiempo, se extiende semienterrada bajo dos plataformas informes y habitables. Integración sin camuflaje, extrañamiento formal, fuertes colores y desapego de los significados habituales de la casa son las premisas de un trabajo que el estudio Selgascano ha utilizado como laboratorio para experimentar con nuevos materiales constructivos.
Un vestíbulo acristalado hace de nexo entre las dos zonas de la casa.
© Roland Halbe
Rodrigo Muñoz © Tectónica
La casa se excava como un refugio debajo de las cubiertas de color que definen dos áreas: las zonas comunes, bajo la naranja, y los dormitorios, bajo la azul.