© Javier Azurmendi
Con un programa complejo que mezcla los usos de vivienda, taller anexo y despacho profesional, Daniel Gómez-Valcárcel construye en Madrid un pequeño edificio residencial que, en cuanto al planteamiento de los sistemas de energía e instalaciones, adopta soluciones propias de un edificio de mayor escala y programa. Partiendo de un volumen compacto, pone un especial cuidado en la definición de las envolventes, superponiendo diferentes capas de aislamiento.
El volumen que surge como ampliación de la construcción preexistente se formaliza en hormigón y ladrillo. El hormigón visto evidencia su papel estructural y el ladrillo negro y de textura rugosa define la volumetría general.