Palacio Katsura, siglo XVII.
Kyoto, Japón.
En la historia de la construcción la madera resulta el primer y, por largo espacio de tiempo, el material más importante para construcciones portantes. Si en el principio de los tiempos es decir, hace unos 40.000 años resultaba preponderante su fácil manipulación y transformación, así como la eficaz combinación con pieles y cueros, hoy son una serie de propiedades especificas las que fundamentan la elección de este material:
Elaboración bajo condiciones sostenibles para el medio ambiente.
Elaboración y transformación sin un consumo significativo de energía fósil.
Relación muy favorable entre peso y resistencia.
Alta resistividad térmica junto a una inercia térmica muy apredable.
Disponibilidad de un amplio abanico de densidades y resistencias características.
Gran número de especies y tipos de madera, con color y textura características y bien diferenciadas.
Disponibilidad de adhesivos y medios de unión de alta calidad y aplicaciones múltiples.
Amplia oferta de productos semielaborados en madera maciza y productos derivados
con múltiples usos.
Elementos constructivos, productos de consumo, muebles y útiles diversos realizados en madera cristalizan por medio de su fácil conformación y la agradable percepción que transmite por contacto sensorial, las ideales características materiales que le son propias.
Robustez y elegancia, cualidades termoacústicas y propiedades ergonómicas de los objetos, así como el noble envejecimiento del material orgánico, son características que complementan de manera formidable el orden y los principios geométricoarquitectónicos tanto de la perfección clásica e insuperable del palacio de Katsura como de la potencialidad de sencillas autoconstrucciones, que cristalizando en soberbios diseños, posibilitan que este nuestro mundo material se transforme en un excitante y a la vez familiar reencuentro con la madera.
Thomas Herzog
Julio, 2001