Modelo tridimensional de elementos finitos del edificio Mediapro de C. Ferrater, P. Genard y X. Martí. Autores: Pondio Ingenieros. Programa de cálculo: Sofistik.
Podríamos entender la evolución de la arquitectura a lo largo del tiempo como la sucesión de innovaciones en la forma de construir, y de nuevos materiales, que han permitido a los arquitectos en los diferentes periodos, entroncar posiciones ideológicas, retos intelectuales y avances tecnológicos con la búsqueda de nuevas formas de expresión.
Los esqueletos de acero vistos constituyeron diagramas estructurales en los que era posible comprender la relación de esfuerzos, flexiones, compresiones o tracciones, construyendo una nueva estética en la que la ingeniería y la arquitectura convirtieron el hierro colado y el acero en paradigma de la modernidad. También los esqueletos ocultos, como en el Auditorium Building en Chicago de Adler y Sullivan, permitieron estandarizar la construcción para poder densificar los centros urbanos, definiendo un nuevo modelo de ciudad, y sacralizar la verticalidad como nueva experiencia formal.
Mies van der Rohe redescubrió el acero, rigidizó las uniones y dotó a la estructura metálica de rigor, orden, proporción y significado. En sus edificios de Chicago, Nueva York y Berlín, la estructura de acero aúna y hace atemporal el binomio clasicismo - modernidad, generando en lo oculto del proceso proyectual, las condiciones de la materialidad final de sus edificios.
Pero también el acero, por su maleabilidad y versatilidad, su capacidad de soportar todo tipo de esfuerzos, y su facilidad de puesta en obra, ha permitido construir todo un repertorio de obras que enmascaran, detrás de recubrimientos pétreos y de pieles ligeras metálicas o de vidrio, absurdos estructurales y formas arbitrarias, produciendo objetos autistas que no dan respuesta a los planteamientos urbanos, no construyen ciudad, no responden a buenas organizaciones sociales de sus programas funcionales y sobrepasan los límites de la relación esfuerzo-rendimiento, consumiendo un exceso de energía y encareciendo su futuro mantenimiento.
Ya decía José Antonio Coderch, cuando se le proponía la utilización de perfiles metálicos en determinadas soluciones constructivas, alegando que éstos quedarían ocultos, que si había “hierro” podría haber “yerro”.
En la actualidad la sofisticación de los sistemas de cálculo estructural por elementos finitos, los avances tecnológicos, así como la capacidad de modelización de los nuevos programas informáticos, con la conjunción de estructuras mixtas, como las que se presentan en este número, que combinan losas postesadas de hormigón y membranas solidarias en base a perfiles de acero, permiten, a partir de procesos geométricos, como medio de aproximación al paisaje y a la forma urbana, subvertir lo que hasta hoy parecían relaciones inmutables entre forma y construcción.
La experimentación, el riesgo intelectual y la innovación formal deberán permitir proyectar desde la lógica y la razón constructiva, aunque ésta no se trasluzca de una manera directa en la forma final de la intervención, manteniendo al tiempo el compromiso con los presupuestos ideológicos que alumbraron la modernidad.
Carlos Ferrater,
Barcelona, marzo 2009