© Lluís Casals
Este proyecto parte de una idea inicial fundamental, la de alterar al mínimo las condiciones topográficas y ambientales del entorno, lo que determinará los materiales elegidos en su construcción: hormigón y cobre por su capacidad de asimilarse a procesos naturales, y que a su vez imponen con firmeza sus propias reglas, definiendo, casi de forma involuntaria para el autor, el aspecto final de la obra.
En las esquinas interiores de los dos cuerpos, la fachada norte avanza hasta la línea de cornisa, definiendo unas cajas de vidrio donde se sitúan los accesos.