El nuevo cerramiento vítreo a la rúa da Conga, explicita la ligereza de esta intervención contemporánea, y a su vez se integra en el conjunto histórico.
El nuevo museo se proyecto como un espacio flexible, capaz de acoger exposiciones en prácticamente toda su superficie, definiendo un fondo muy neutro con pavimentos de madera estratificada acabada en haya y una cuidada iluminación natural, tanto a través de los muros, tamizada por celosías y vidrios de control solar, como cenital a través de lucernarios.
En la obra de Manuel Gallego la escalera es un elemento que se trata con especial delicadeza y en este proyecto cobra gran importancia al proponer una perspectiva nueva sobre la Catedral como broche final de la peregrinación.
La continuidad entre el nuevo plano de fachada de vidrio y la fachada existente se resuelve mediante un repliegue del plano de vidrio, que, funcionando como canal de desagüe de la cubierta, culmina en el lucernario de la escalera principal.